Ya quedamos que soy la peor vendedora del mundo. La comercialización no me vino en el paquete, así que, más que “promover” los productos de la huerta, les voy a platicar cómo los uso y las ideas que otras personas me han dado para sacarles el máximo provecho. ¡La creatividad de la gente es increíble!
En esta ocasión toca turno al Humectante de Lavanda. Éste fue el primer producto que desarrollamos, a partir libros, artículos en la red y mucha, mucha, mucha experimentación. Cuando estuvo a punto lo llevé con un par de dermatólogos para que me dieran su opinión. “Difícilmente encontrarás mejor humectante natural”, me dijeron. Resulta que el aceite de oliva es excelente hidratante, y la lavanda es muy noble con la piel. A partir de entonces, y como un siglo antes de que se nos ocurriera venderlo, lo produjimos y regalamos a diestra y siniestra, y nos encantó descubrir que existe un producto que puede conciliar las opiniones de ambos lados. Ojalá pronto encontremos un humectante social para dejar de pelearnos a diestra y siniestra, es decir, derecha contra izquierda y viceversa, pero por lo pronto podemos suavizar nuestra vida en casa.
Este humectante no contiene otra cosa que aceite de oliva extravirgen y flores de lavanda. La fórmula para su obtención es larga, cuidadosa, artesanal y nuestro más valioso secreto, así que tendrán que quedarse con la información sobre sus ingredientes y nada más. Sus usos en cambio son infinitos, tantos que en este blog haré sólo una introducción.
Por lo pronto pueden estar tranquilos aquellos que temen a las alergias, pues el dermatólogo aseguró que el aceite de oliva no produce reacciones adversas en la piel, y no se conocen alergias tópicas causadas por la lavanda. La experiencia de más de diez años de uso lo ha confirmado, así que… ¡A ponérselo con confianza!
El uso más obvio de un humectante es… ¡para humectar! En esta pandemia nos hemos lavado y relavado las manos hasta el cansancio, y la piel se reseca y se resiente. Prueben cambiar su crema hidratante por esta fórmula y verán resultados mágicos. No hace falta más de una o dos gotas para humectar toda la mano; en un primer momento sentirán que es muy grasoso, pues su base es aceite, pero se absorbe rápidamente y deja una sensación súper tersa.
Aquí les va un truco que nos compartió una amiga, quien asegura que la resequedad de su cuerpo se acabó desde que lo usa. Al salir del baño, en lugar de secarse y maltratar su cuerpo con una toalla rasposa, lo que hace es retirar sólo el excedente de agua y, con la piel todavía húmeda, aplicar el humectante en todo el cuerpo, pero muy especialmente en brazos y piernas. En unos cuantos segundos se absorbe y deja la piel protegida para el resto del día. Yo hago los productos y les doy el uso menos creativo, pero quienes los consumen siempre descubren algo nuevo. Desde que me lo platicó lo estoy usando así, y mis brazos y codos de viejita han rejuvenecido sorprendentemente.
Un par de personas me comentaron que estaban usándolo también en lugar de su crema para la cara. Aquí sí ya me pareció un exceso… hasta que llegó una clienta a comprar una dotación excepcional, y me puso la grabación de su hija para explicar por qué estaba regalándolo a toda la parentela. “Oye, ma, ¡estoy enamorada del aceite que me regalas! Llevo desde que me lo diste poniéndomelo todos los días en la cara, el cuello, el pecho… ¡y se ve súper nutrida la piel...!” Me encantaría decirles de quién es este testimonio, pero no he pedido su autorización. El caso es que yo comencé a hacerlo. Por las noches, después de lavarme la cara, y sin secármela por completo, me aplico un poco de este humectante, en lugar de las miles de cremas de noche que había venido probando, y debo decir que los resultados efectivamente se notan. No quiero decir que desaparecieron las arrugas, porque esas mentiras sólo las cuentan los que venden cremas carísimas, pero sí está mucho más hidratada, suave y flexible. La vida en el campo no es la mejor receta para quienes cuidan su cutis obsesivamente. El aire, el sol, la tierra que inevitablemente llega a las mejillas necesariamente lastima, y me encanta que un producto tan sencillo me proteja. Que lo diga yo no parece correcto, pero por eso los invito a probarlo y comprobarlo. A mí me funciona.
Entonces… el primer uso que pueden dar al Humectante de Lavanda de Huerta San José es… ¡para humectar! El hecho de que sea el producto que más pronto se agota confirma que a la gente le gusta, y en esta pandemia ha salvado varias manos de caer en pedacitos. Pero tiene otros muchos usos, todos deliciosos. Ya les platicaré.