La época de lluvias trae consigo verdor… ¡y muchos mosquitos! La apacible comida en la terraza se ve a ratos amenazada por un zumbido incesante, y por la noche los piquetes llegan a hacernos dudar de nuestro amor por la Naturaleza. Antes de conocer las propiedades repelentes de la lavanda, moscas, mosquitos y avispas eran una tortura en los días veraniegos. Alguien tuvo un día la bondad de regalarnos unas cubetitas verdes, muy simpáticas, que presumían ser de citronela, para combatir a los molestos insectos, pero la verdad es que funcionaban poco y olían mal. Las usamos, claro está, pero nunca nos dejaron del todo satisfechos.
Tiempo después, en la terraza de mi prima encontré lo que buscaba. Unos arbustos verde limón, coronados de bellas florecitas lilas, rodeaban la sala al aire libre en la que un manojo peligroso de viejas chismosas intercambiábamos información. Mientras analizábamos a profundidad las vidas ajenas, ningún insecto volador interceptó la conversación. Tuve que interrumpir el coloquio para preguntar cómo lo habían logrado. Mis primas y mis hermanas siguen sin perdonarme el brusco cambio de tema, pero hoy en la Huerta gozamos de tardes de estío sin la amenaza de los insultantes picadores gracias a la citronela. Les comparto el secreto.
La citronela es, como tantas otras, una planta rica en propiedades medicinales, y por lo mismo ampliamente empleada en aromaterapia. Se trata de un arbusto de fácil cultivo y reproducción, que llega a crecer hasta poco más de un metro de altura y se extiende en el territorio que enseñorea sin vergüenza alguna. Comparte con la lavanda y el romero propiedades antisépticas, analgésicas y antiinflamatorias, pero además ayuda a combatir el acné, y se dice que retarda el envejecimiento de la piel y elimina las manchas de la edad. De esto no puedo dar fe, pues me enteré demasiado tarde.
Lo que sí me consta es su eficacia como repelente. Comenzamos por plantar unas cuantas matitas alrededor de la terraza y terminamos rodeando el área de convivencia con ella, con la ventaja de que no tuvimos que comprarla, ya que realmente se reproduce con facilidad. En el jardín de meditación ha sido una bendición, pues concentrarse en la respiración mientras una avispa te zumba en el oído resulta fastidioso. Para felicidad de los perros, la citronela también mantiene a raya a piojos, pulgas y garrapatas. El truco consiste en que su fresco aroma a cítrico (de ahí su nombre, aunque no tiene nada que ver con limones, naranjas y mandarinas), enmascara otros olores atractivos para los insectos, invitándolos así a revolotear en otro lado sin necesidad de asesinarlos.
Todas las criaturas tienen su función en el equilibrio ecológico del planeta, pero hay algunas que preferimos mantener lejos de nosotros. Hoy se hace un escándalo cuando alguien mata un león, pero nos parece lo más normal acabar con los insectos a fuerza de manotazos o, peor aún, rociando químicos venenosos que además nos hacen daño a nosotros, nuestros hijos, nuestras mascotas y nuestros los vecinos, mientras matan a las abejas, de las que depende gran parte de nuestro alimento. Y sin embargo un día en que los mosquitos estaban especialmente fastidiosos, deseaba con toda mi alma encontrar una escopeta que acabara con ellos. Por fortuna no la encontré.
La citronela liberó nuestras convivencias vespertinas desde las macetas y la tierra, pero la verdad es que, en cuanto descubrimos las propiedades repelentes de la lavanda, nos olvidamos un poco de ella, hasta hace unos meses en que mis hijas vinieron a refugiarse de la amenazadora pandemia. Una de ellas es especialmente inquisitiva (no sé de dónde lo sacó), y preguntó por qué no estábamos buscando aprovechar sus propiedades, más allá de su presencia decorativa y aromática alrededor de la terraza. Fue ella misma quien comenzó la experimentación, que nosotros continuamos mezclándola y combinándola con la mágica lavanda, y hoy gozamos de un aliado para gozar de la intemperie con comodidad y evitando la comezón de los odiosos piquetitos. Si logramos perfeccionar la fórmula y producir lo suficiente para compartir, yo les aviso. Por lo pronto, consigan una plantita de citronela.