La semana pasada hablábamos sobre el romero y sus propiedades. Y mañosamente dejamos pendientes los resultados de aquel estudio de la Universidad de Northumbria que comparaba los efectos de los aromas de esta planta con la lavanda. Es un truco que aprendí a fuerza de ver series semanales en la televisión: no sueltes toda la historia, pues tu público necesita quedar en suspenso para esperar el siguiente capítulo. Nosotros no tenemos un público significativo, y creo que nadie queda anhelando la próxima entrada, pero generar expectativa me divierte un poco.
En fin, ¿Qué pasó con los voluntarios que percibieron el aroma a lavanda? Si no tuvieron tiempo, interés u oportunidad de leer el blog anterior, pueden consultarlo en esta liga, para saber de qué estamos hablando: https://www.huertasanjose.mx/post/también-romero
Retomando el tema, aquellos que no habían percibido ningún aroma no presentaron cambios en su capacidad de memoria, mientras los que inhalaron romero la aumentaron hasta en un 75%. ¿Y los de la lavanda? Para sorpresa de los investigadores, aquellos que habían pasado un rato en un espacio con aroma a lavanda habían disminuido ligeramente su capacidad de recordar.
Como ustedes comprenderán, las investigaciones continuaron, y yo las busqué afanosamente. Lo que encontré me tranquilizó, pero como no a todos les gusta el tema de cómo funciona el trabajo científico, voy a resumir aquí las conclusiones y les voy a ahorrar la aburrida parte metodológica.
No es que la lavanda perjudique la memoria ¡Todo lo contrario!. (¡Descansé!). Una de las razones por las que muchas veces no recordamos las cosas es porque la ansiedad bloquea nuestra mente. Lo que hace la lavanda es relajarla mente, con lo cual podemos elegir aquello a lo que queremos poner atención e ignorar de momento algunas preocupaciones que nos distraen. Dicho de otra manera, no recordamos lo que nos pedían memorizar porque nunca lo registramos, ya que nuestra atención no estaba centrada en ello. Como las computadoras, la memoria tiene varias funciones: capta la información, la archiva y después la evoca. (Mis colegas pedagogos van a criticar la simplificación extrema que hago del proceso y la comparación con la informática, pero el símil ilustra). No podemos recordar algo que jamás registramos. Digamos que no le dimos “save” a lo que estaba sucediendo. Quizá porque no nos percatamos de lo que pasaba, o porque decidimos ignorarlo. O tal vez porque nuestra mente estaba relajada vagando por los rincones agradables de nuestro yo íntimo, cuando buscamos huir de lo que nos preocupa.
Entonces… ¿Si inhalo lavanda durante el día voy a olvidar lo que necesito recordar, voy a disminuir mi capacidad de atención? No necesariamente. Lo que sucede es simplemente que estarás más relajado, y de esta manera tus preocupaciones habituales te distraerán menos que en condiciones de ansiedad, con lo cual serás más libre para decidir dónde enfocas tu atención.
Una gran receta para el óptimo rendimiento intelectual consiste en alternar el uso del romero y la lavanda en el momento adecuado. En Huerta San José hemos estado destilando ambos aceites esenciales, y hoy tenemos los dos en una presentación de Roll-on muy práctica para su aplicación y fácil de llevar contigo.
Por la mañana aplicas romero en tus sienes y tus muñecas. También puedes poner unas gotas de aceite esencial de romero en un difusor, cerca de donde trabajas. Esto te ayudará a estar alerta y rendir mejor. Al terminar la jornada, antes de dormir, aplicas lavanda (en sienes, muñecas y nuca), con lo cual podrás relajarte y dormir bien. De esta manera, a la mañana siguiente estarás en óptimas condiciones para responder a las demandas de la vida cotidiana.
Esta misma combinación es muy útil en los viajes. Al subirte al avión te aplicas lavanda, con lo que tu viaje es placentero y relajado. Cuando llegas a tu destino, usas el romero para despertar bien y estar alerta a la hora de pasar migración, recoger tu maleta y encontrar un taxi. Si los usas con la misma alternancia durante tu estancia en otras latitudes, te ayudarán a disminuir los efectos del Jet lag y a adaptarte al nuevo horario.
¡Santos comerciales! Le diría Robin a Batman… Parece que estoy anunciando productos, pero no es la intención. Se trata sólo de compartir un descubrimiento que me ha ayudado a encontrar equilibrio entre el trabajo y el descanso… pero si quieren adquirir cualquiera de nuestros productos, tampoco me voy a enojar.
Nos vemos en la próxima.